Cuando se pierde un ser querido la vida no vuelve a ser igual, tienes que acostumbrarte a vivir con el corazón roto, con el corazón vacío, extrañando cada día esa persona que llenaba tus día de felicidad. Es cierto que la vida sigue y hay muchas personas a nuestro alrededor que quieren vernos sonreír, pero es tan difícil pensar en una vida sin esa persona que nos dio la vida, esa persona que nos nos dio tanto de si.